Miopía y astigmatismo. Corrección lentes ICL.

El paciente con alta miopía o hipermetropía

Las lentes intraoculares fáquicas son la solución alternativa cuando un paciente resulta no apto o subóptimo para el tratamiento sólamente con láser. Esta tecnología menos conocida por el paciente que la más popularizada tecnología láser, es sin embargo una técnica muy bien estudiada, con ya más de 23 años de experiencia continuada en nuestro Centro y con miles de lentes implantadas desde entonces. Esta tecnica esta además aprobada por la restrictiva FDA o Asociación Estadounidense de Control de Calidad de Productos Sanitarios. LA FDA solo aprueba un producto quirúrgico tras muchos años de estudios y un seguimiento exhaustivo en diferentes hospitales hasta confirmar el buen resultado a largo plazo de la misma.

En el Instituto Oftalmologico Amigó (IOA) realizamos la técnica de implantacion de lentes fáquicas de manera regular desde 2001. Los resultados obtenidos son principalmente: una excelente calidad de visión, que se alcanza en un rápido periodo de recuperación con una relativa sencillez y alta seguridad del procedimiento.

La lente ICL es similar a una lente de contacto, muy sofisticada, que se implanta en el interior ocular. Su actual diseño es el resultado de décadas de investigacion y experiencia

La tecnología de la ICL ha sido comprobada y aceptada mundialmente

La ICL fue desarrollada en los EEUU por STAAR Surgical CompanICL imageny, una empresa con una trayectoria sobresaliente en la innovación de la tecnología ocular siendo el primer producto de su clase que ha obtenido aprobación general por los cirujanos refractivos de todo el mundo.
La ICL es el resultado de mas de 20 años de investigación y desarrollo que han llevado a mejoras sucesivas hasta alcanzar el modelo actual que viene implantándose desde hace ya mas de 14 años en todo el mundo. En España se implantan miles de ICL cada año tanto en su modelo estándar para la miopía e hipermetropía como del modelo ICL tórica cuando es preciso tratar además el astigmatismo. Su aceptación final por los exigentes sistemas de control sanitario Europeo y Estadounidense avalan la completa fiabilidad y aceptación de este tratamiento.

La ICL se implanta plegada, en el ojo anestesiado, a través de una incisión mínima e indolora

A continuación procedemos a explicarles los detalles más importantes de esta técnica para que usted pueda tomar una decisión bien informado/a.

Se trata de una lente blanda y por tanto plegable que se fabrica a la medida de cada ojo en cada paciente. Su tamaño nunca excede los 13.7 mm. Estas características hacen que sea fácilmente implantable en el interior del ojo así como, de ser necesario , fácil de cambiar con el tiempo. Se trata de, en efecto, un procedimiento enteramente reversible lo que constituye una ventaja sobre otras técnicas de corrección.

Debido que es muy blanda y a su pequeño tamaño, en ningún caso superior a 13.7 mm, la ICL se pliega e inyecta, por detrás del iris, a través de una pequeñísima incisión que se hace en el lateral externo del ojo. Una vez implantada, la lente se desdobla y se acomoda dentro del líquido intraocular que se encuentra entre el iris y el cristalino, el humor acuoso. A este espacio se le denomina médicamente la cámara posterior del ojo y por ello la ICL es una lente fáquica de cámara posterior. En esa posición permanece estable, indefinidamente, corrigiendo así la visión de forma permanente. La incisión realizada para su implantación se cierra espontáneamente no siendo necesario dar punto alguno de sutura.

Lente fáquica en el interior del ojo

En el IOA utilizamos para la intervención tan solo unas gotas de anestesia (anestesia tópica) para el ojo, por lo que no siente dolor alguno, no hay necesidad de inyecciones anestésicas Aunque pueda notar el contacto de una mano o el frio de un líquido durante la intervención no sentirá dolor alguno. De creerlo conveniente un anestesista experto lo sedará y estará con usted en todo momento por si se sintiera nervioso. El tratamiento completo no dura más de 10-12 minutos por ojo.

Anestesia tópica ocular

Pasados los 40 años, la visión cercana tiende a afectarse de manera natural por lo que, antes o después, será necesario usar gafas también para leer. En estos casos, se le explicaran detalladamente cuales son las opciones actuales para disminuir o evitar la necesidad de gafas de cerca al implantar la lente ICL.  Para mas información sobre el tratamiento de la presbicia mediante láser o lentes intraoculares pulse aquí.

La ICL está hecha de un material llamado Colámero, cuya cualidad más importante consiste en ser muy bien aceptada por el ojo humano, de forma indefinida, como si fuera un tejido propio del ojo, lo que significa que no puede sufrir rechazo al material.

Lente fáquica implantable

La lente fáquica ICL permite corregir la miopía, hipermetropía o astigmatismo sin tocar la córnea en los pacientes donde el láser corneal sea desaconsejado o donde el láser no pueda corregir todo el defecto. La lente ICL permite obtener una excelente calidad de visión, en muchos casos superior incluso a la que se conseguiría al intentar corregir solamente con el laser o con gafas una alta miopía o hipermetropía. Por ello tras la implantación de la lente ICL es frecuente que se supere la visión que se conseguía con gafas antes de la operación.

La ICL tiene un periodo de recuperación visual muy rápido, a menudo superior al necesario tras el tratamiento con láser. Esto es así en especial con altas miopías o hipermetropías. En general el paciente puede reanudar una actividad básicamente normal desde el día siguiente de la intervención.

La lente intraocular fáquica no requiere ningún tipo de mantenimiento, ni es posible verla desde el exterior, salvo con el equipo especializado de un  oftalmólogo experto. 

Es importante recordar que tras la intervención con lentes intraoculares ICL es altamente aconsejable una revisión oftalmológica anual por un oftalmólogo habituado a este tipo de lentes

Es importante no olvidar que al igual que cuando usted monta en coche o toma una medicina, toda operación tiene un riesgo inherente de complicación mayor, que por remoto que sea, puede ocurrir.

A largo plazo es muy importante que sea controlado al menos anualmente por el cirujano oftalmólogo. Esta es la mejor garantía de éxito mantenido en el tiempo.

Lente fáquica implantable o ICL

Una solución óptima para cada problema de la visión

Teniendo en cuenta que los ojos de cada persona son diferentes, el oftalmólogo ha de escoger el mejor tratamiento para cada caso. La ICL es útil para la corrección de los problemas más comunes de la visión, así como para aquellos casos cuyo tratamiento con láser convencional no es aconsejable. Por ejemplo:

Cúando la persona es demasiado miope o hipermétrope:

Cuando se necesita hacer una corrección de gran magnitud, en algunos casos se hace más aconsejable la corrección con ICL ya que proporciona una mayor seguridad en cierto tipo de ojos.

Cuándo la cornea es muy delgada:

La cornea o cristal natural del ojo, es la superficie curva y transparente de la parte anterior del ojo que actúa como una lente para enfocar las imágenes que vemos. El tratamiento con láser consiste en modificar la superficie de la córnea. A veces ésta es tan delgada, que no tiene suficiente espesor para tratar por completo la corrección deseada de manera segura.

Cuándo se sufre de ojo seco:

El tratamiento con láser puede disminuir la humedad de los ojos. Si el paciente padece “ojo seco”, el cirujano puede no recomendar el uso del láser.

Preguntas frecuentes:

 Los mejores candidatos son aquellos entre los 21 y 50 años de edad con miopía o hipermetropía con o sin astigmatismo. El mejor candidato es la persona que no tenga historial de enfermedades oculares. Un exámen oftalmológico completo es imprescindible para confirmarle si es usted en efecto un candidato apto para la corrección refractiva mediante la ICL.

La ICL puede corregir una amplia gama de problemas relacionados con la miopía, y la hipermetropía con o sin astigmatismo, sin que exista la necesidad de operar en el tejido de la córnea tal como  sí hace el tratamiento con láser corneal. La ICL es una lente plegable, muy pequeña, que se inserta a través de una incisión lateral de tres milímetros que no requiere sutura. La ICL produce una visión óptima en una alta mayoría de los casos y los resultados son altamente previsibles. Esta predictibilidad es atribuible a la posición que adopta dentro del ojo y al alto rendimiento óptico de la lente. La ICL está hecha de Collamer, un material único y totalmente biocompatible, es decir, aceptado por los tejidos oculares de forma indefinida.

Si ocurrieran cambios mayores de visión, la ICL podría retirarse y cambiarse por otra lente, que corrija el cambio sobrevenido, con relativa facilidad. También se podría efectuar otro tipo de tratamiento en cualquier momento como añadir una corrección con láser en el ojo que ya presenta una lente intraocular fáquica implantada. Con la ICL es posible usar, además,  gafas o lentes de contacto, si fuese necesario.  Pasados los 40-3 años, es cada vez más probable que necesite en algún momento usar gafas para leer. En estos casos existen alternativas para evitar, además de la gafa de lejos, la necesidad de gafas para cerca implantando una lente ICL.

No, La ICL ha sido diseñada para permanecer dentro del ojo sin recibir ningún mantenimiento. Es muy importante que se realice una visita anual al oftalmólogo para cerciorarse de que todo está correcto.

No, porque la ICL se sitúa detrás del iris. Pasa desapercibida para quien lo lleva y también para cualquier otra persona, siendo excelentes los resultados cosméticos.Quien no esté entrenado profesionalmente no podrá adivinar que una persona lleva una ICL escondida en el ojo.

La cirugía es ambulatoria y la anestesia es solo en forma de gotas (colirio anestésico o anestesia tópica) con la que la molestia o el dolor son mínimos Esto significa que el paciente deja la clínica el mismo día de la operación y con el ojo destapado generalmente protegido con unas gafas de sol.Posteriormente recibirá tratamiento con gotas oculares y quizás algún medicamento oral. Normalmente se le indica volver unas horas tras la cirugía y al día siguiente de la cirugía para control médico. En todo momento estará acompañado de un especialista en anestesia que de creerlo conveniente procurará su sedación.

Se espera que la ICL permanezca indefinidamente dentro del ojo, pero si por algún motivo tales como los cambios oculares que tienen lugar con la edad, como la catarata, y otros, hay que retirarla, un cirujano refractivo entrenado puede hacerlo fácilmente. En el caso de tener que operarse de cataratas, la lente fáquica puede retirarse y realizarse la cirugía de la catarata normalmente.

La ICL es imperceptible después del implante. No se adhiere a las estructuras internas del ojo y permanece inmóvil después de colocarla.Para más información sobre la corrección con lentes fáquicas no dude en contactarnos o solicitar una valoración en el IOA.