Mácula y retina

En el Instituto Oftalmológico Amigó disponemos de médicos oftalmólogos especializados especialmente en la retina y sus enfermedades con amplia experiencia y reconocido prestigio. Esto, junto con nuestros modernos quirófanos renovados en 2014 y nuestras avanzadas herramientas de diagnóstico nos garantiza el poder ofrecer un servicio global, seguro, certero y comprometido con cualquier tipo de patología retiniana.

La retina es el tejido sensible a la luz que reviste el interior del ojo. Su funcionamiento es similar al de una pantalla interior sobre la que se enfocan las imágenes captadas por el ojo y que, codificadas, se envían al cerebro.

La luz que llega a la retina se conforma en esta mediante de un complejo sistema de procesos químicos e impulsos eléctricos que son enviados al cerebro a través del nervio óptico situado en la parte posterior del globo ocular. Es en el cerebro donde la información de la retina es interpretada y donde finalmente se conforman las imágenes tal y como las vemos. La mácula es la parte central de la retina donde la capacidad visual es más elevada. Enfermedades como la retinopatía diabética, afecciones de la mácula como la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad), o el desprendimiento de retina, entre otras, son las más frecuentes y de no diagnosticarse y tratarse adecuadamente pueden conducir a la ceguera.

Afecciones maculares

La mácula es la parte central de la retina y donde la capacidad visual es mas elevada. Esto es así porque es en la macula donde esta la mayor concentración de fotorreceptores, los llamados conos y bastones, responsables de la calidad de la visión.
Por ello, las enfermedades que afectan a la mácula tienen una especial importancia al afectar a la parte central de las imágenes que vemos. Si por ejemplo estamos leyendo, una afectación de la macula puede impedir que veamos las letras centrales tal y como si hubiera una mancha oscura en el centro de nuestra visión.
Si bien las enfermedades de la macula es frecuente que afecten a ambos ojos, sin embargo, sus síntomas, la visión borrosa del centro de las imágenes o el ver la líneas rectas como curvas o torcidas, suelen aparecer inicialmente en un solo ojo y no es infrecuente que pasen relativamente desapercibidos por el paciente que compensa el déficit mirando por el otro ojo aun asintomático.
Por ello, el diagnostico precoz mediante el exámen oftalmológico periódico, es de gran importancia.

Si tiene edad avanzada, antecedentes familiares de enfermedad macular, hipertensión arterial, es fumador o está expuesto habitualmente a rayos ultravioletas sin utilizar una protección específica; es conveniente acudir a su oftalmólogo y descartar la presencia de enfermedad macular. Si la afección macular ya se le ha diagnosticado, puede detenerse la progresión de la enfermedad e incluso mejorar sus síntomas con medicación especifica administrada al interior del ojo En todo caso puede mejorarse su visión estimulando el metabolismo de la mácula o con el apoyo de dispositivos visuales.

La mácula, donde reside la visión central, y el nervio óptico, a través del cual la visión viaja al cerebro, está separados por tan solo 4 mm.

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética es el daño que puede sufrir la retina debido a la diabetes y que de no ser tratada puede llegar a afectar seriamente a la visión. Para su diagnóstico es esencial que el oftalmólogo pueda examinar el fondo de ojo. Además puede emplearse el estudio con escáner de retina (OCT).
Es importante el diagnóstico temprano para conseguir mejores resultados con los tratamientos. Por ello es recomendable realizarse exámenes oculares regulares si forma parte de la población de riesgo, especialmente si padece algún tipo de diabetes.

Aunque el diagnóstico temprano de la retinopatía diabética puede llevar a que el paciente, en ese primer estadio de la enfermedad, no requiera tratamiento, sí será necesario realizar un seguimiento regular y meticuloso. El tratamiento se hará necesario cuando el retinólogo (el especialista en este tipo de enfermedades) observe que la retina está dañada y amenaza a la visión. La cirugía con láser es una de las las primeras alternativas de tratamiento ya que a través de la fotocoagulación con láser se inhiben los vasos frágiles o anormales evitando las filtraciones que dañan progresivamente la visión. En el caso de sangrado o desprendimiento de retina puede emplearse la cirugía sobre la retina con técnicas como la vitrectomía. Actualmente el tratamiento farmacológico en forma de inyecciones intraoculares nos permite también combatir eficazmente la afectación de la visión por la retinopatía diabética.

Las lesiones características de la retinopatía diabética (flechas) se pueden aproximar a la mácula y afectar a la visión central

Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

La mácula es el área de la retina responsable de la parte más importante de nuestra visión. Con la edad, nuestra mácula puede sufrir daños por degeneración y deterioro por diversas causas, entre ellas el envejecimiento. La mácula está ubicada en la zona central de la retina, próxima al nervio óptico. Esta diminuta área amarillenta está formada por tejido muy sensible a la luz y es la encargada de dotar de nitidez a nuestra capacidad visual. Si se ve afectada perdemos claridad en nuestro campo visual central y las imágenes se verán borrosas.

Aunque hasta hace no muchos años la oftalmología no disponía de tratamientos eficaces para la DMAE, actualmente existe una batería de fármacos denominados antiangiogénicos que se aplican directamente a la cavidad ocular con inyecciones intravítreas, es decir, administradas directamente al interior del ojo. Con estos nuevos medicamentos de última generación se consigue retardar la degeneración, e incluso en algunos casos mejorar la agudeza visual perdida. Nuestros retinólogos le diagnosticarán y recomendarán la mejor opción para su caso.

Imagen de escaner de la mácula mediante tomografía de coherencia óptica (OCT), disponible en nuestro instituto.